Todo tiene un final y hoy, es el momento de cerrar una etapa que quizás sea una de la más importante en nuestras vidas. Tras 16 años de Colegio donde vivimos experiencias únicas, inolvidables y que definitivamente nos marcarán para siempre nos toca decir Adiós. Un Adiós difícil, con mezcla de emoción, alegría y a su vez tristeza porque aceptar que todo cumple un ciclo y saber que lo que continúa es un rumbo desconocido nos llena de dudas, de miedos y de preguntas. Nos entristece porque nos damos cuenta que el tiempo pasa, las cosas cambian y nosotros nos vemos obligados a cambiar con ellas.
Algunos de nosotros nos encontramos acá desde los 2 años. Otros llegaron más tarde y fueron bienvenidos con un cálido y excepcional grupo. Y cuando hablo de grupo no hablo solamente de nosotros, los alumnos, sino de todos. Los directivos y los profesores que cumplen un rol fundamental en toda nuestra trayectoria acá, en el Colegio San Ramon. Fueron nuestros guías y compañeros de ruta. Con su experiencia fueron capaces de mostrarnos nuevas visiones y por sobre todo aprender a tener conciencia de quiénes sómos y qué es lo que somos capaces de hacer.
Es hoy cuando miramos hacia adelante y ponemos en práctica todo lo aprendido durante estos años. Las enseñanzas, no sólo de estudio sino también de vida.
Aprendimos a comportarnos como un grupo, y no como personas aisladas. Aprendimos a compartir, a colaborar, a ayudarnos. Aprendimos que somos un grupo inigualable, porque las únicas discusiones que surgían eran con el único fin de querer que absolutamente todos estemos conformes. Siempre le buscamos la forma de que esto sea posible, lo que demuestra cuánto valemos como personas. Nunca pusimos un bien propio por sobre el grupal, intentamos ceder y buscar las soluciones más justas posibles. Le tendimos una mano a aquel que estaba mal, y nos reímos con aquel que estaba feliz. Siempre hicimos todo desde el corazón y es por ello que dimos durante estos años lo mejor de nosotros.
Este Colegio fue nuestro segundo hogar y gran parte del mérito de quienes somos nosotros hoy en día es del San Ramon.
Desde este día, cada uno de nuestros caminos toma un giro completamente distinto, y esta vez, solos. Nos toca conocer el mundo por nuestros propios medios y descubrir nuevas cosas. Pero lo más importante es nunca olvidarnos de nuestra esencia, de lo que somos. Nunca borrar todo lo que nos marcó porque en este recorrido que estamos a punto de transitar va a ser lo que nos va a mantener en pie. Debemos conservarnos erguidos en nuestras caídas y disfrutar de nuestras victorias, como lo hicimos en este último tiempo.
Y, por supuesto nunca olvidarnos de soñar. Todo lo que hicimos fue porque lo soñamos. No sólo no nos vencimos ante las trabas sino que pudimos demostrar que lo podíamos realizar.
Hoy, Martes 7 de diciembre les puedo decir que hay recuerdos que no quiero borrar, personas que no voy a olvidar y aromas que me quiero llevar.
Gracias Promoción 2010 y San Ramon por estos años únicos e inolvidables, que van a quedar por siempre en lo más profundo de nuestro ser.
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